El Grito

Tuve un sueño, uno con reflejos de alelí

sus aromas envolvieron el crepúsculo

hice un torbellino con mis miedos

hice un canto desde los infiernos

donde la noche vence toda resistencia

donde la cerviz  solo sabe obedecer

quise amanecer pero pudo más lo profano.

Una hora en cada celda de la memoria

llenó de  sombras las palabras

viajé con la brújula oxidada  y no me importó,

como tampoco la vergüenza,  soy la princesa

de este horror de antaño,  subo y bajo los escalones

de la muerte,  con mi urgente guardián .

Recogí los cadáveres de las promesas

sus muecas son todo el tesoro que tengo,

como muñecas rotas  sus rostros fui reconociendo.

Acariciando los vestigios abrí mi pecho de par en par

el corazón gemía , era mi melodía, 

la pequeña, la original.

Pude  tomar  mi destino, pero lo dejé al olvido con otras

cosas más, todo escurría bajo mis pies, como un río

de soledad lacerante,  soy el caminante de mi pesadilla,

la única familia es esta marca en mi frente,  una serpiente

iluminada,  reina de la manzana más allá de los siglos,

un epílogo vetado en la gruta del ayer.

Mi cuerpo es instrumento al temblor, un crujir de huesos,

mi aposento se cubre de tormentas ,  las arenas lo saben en

cada huella que mi mirada interpretó,  soy vasija amarga,

una cicatriz en el vientre de la vida,  una  lejana semilla

de tiempos desterrados,  viajero errante,  portador de

augurios salados como el beso de la  desazón,

razón de dolores que se resignan,  que se consignan cuando

                                                    el grito todo lo posee.

© lichazul ®

Publicado el 2012

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